Autor: Miguel Hernández Fernández
“Oportunidad de hoy, la prosperidad de mañana”. Julian Castro
Dada la difícil situación económica y social en el país debido a diferentes causas: bloqueo externo e interno, no efectiva estrategia para la estabilización macroeconómica, no visible las 75 medidas para dinamizar la economía cubana y otros tantos más, que la lista sería interminable con muchos acuerdos de reuniones y desencuentros, y una montaña de problemas sin resolver; se generan diversos temas de debate social en diferentes espacios: redes sociales, colas, y medios de transportes, principalmente.
Lo más comentado según mi percepción: “Estamos más mal que el período especial de los años noventa”; “El salario no me alcanza para nada”; “¿Para qué estudiar si con el título no resuelvo nada?”; “Esto va de mal en peor”; “En el 59 se nacionalizó todo y ahora se está privatizando todo”; “Aquí no hay quien viva”; “Papá, ¿cuándo nos vamos para la yuma?”; etc incluido.
Es cierto que la situación no es halagüeña y las personas necesitan ver esperanzas a pesar del complejo escenario. El mundo no lo podremos cambiar; pero nuestra actitud sí. Otros en situaciones más difíciles se sobrepusieron a los obstáculos y adversidades para avanzar y salir adelante. Se requiere tener fe y tener un sentido en la vida que nos inspire a salir de la zona de confort y pasar a la zona de aprendizaje. Es más fácil quejarse, no hacer nada, que cambie otro, la culpa es…de la vaca (gobierno) y declararse vulnerable.
En mi andar por las calles de mi ciudad he podido percibir un universo, de todo como en botica: personas pidiendo limosnas, jubilados vendiendo lo que sea para sobrevivir, personas comprando varias cajas de cervezas, personas disfrutando de centros recreativos, nocturnos y hoteles, personas que quieren mejorar pero con el mínimo esfuerzo y que le paguen por aparentar que trabaja, especuladores con las necesidades sociales, y personas que emprenden con pasión sabiendo que Dios le da a sus guerreros las batallas más fuertes.
Dentro de la diversidad y desigualdad existente en la Cuba de hoy, se requiere de políticas públicas con resultados para las personas “verdaderamente vulnerables”, pues en ocasiones las ayudas gubernamentales son vendidas y los subsidios son canjeados por otras “necesidades” que son más gustos y antojos, y se acostumbran a vivir de la economía de la miseria y la lástima. Quien merezca que se le dé “el pescado”, bien destinado está pues son recursos que unos pocos en la sociedad aportan mediante tributos (que son altos), y el resto se les puede “enseñar a pescar”, si quieren.
La prosperidad (incluida en la Constitución vigente en Cuba) implica la generación de riquezas, pues claro de manera justa y sobretodo, a través del trabajo. No a los especuladores, ya sea privados o estatales (existen pero no se mencionan en los medios de prensa). No podemos ser iguales todos. ¿Acaso tenemos las mismas actitudes? La pésima cultura de aparentar trabajar y ostentar el currículo vitae con innumerables títulos y diplomas, aunque en la práctica no tengan los conocimientos y no puedan crear un resultado positivo que solucione una problemática, se ha hecho muy frecuente.
Otros opinan: “Las mipyme son el engendro del mal”; “De este país no me voy de nuevo, sé lo que es emigrar”; “La mayoría de las mujeres cubanas que están en España están como esclavas domésticas, sin contrato ni derecho a jubilación”; “Moscú no cree en lágrimas, hay trabajar duro para tener las cosas”; “Quiero emprender, para trabajar de 8 a 5 y descansar los fines de semana”, “Mi familia es pobre, pero consumen alcohol y fuman”.
Debemos evitar caer en la desesperanza aprendida y respetar las decisiones de las personas por muy diversas que sean, aunque no vayan en el rumbo de mi proyecto de vida. Algunos deciden ser próspero, aquí o allá; otros deciden solo quejarse y lamentarse, aquí o allá. Es una cuestión de actitud. “Recoges lo que siembras”, reza un mensaje sobre el karma. ¿Qué has sembrado? ¿Qué estás sembrando? ¿Qué piensas sembrar?
Excelente reflexión, lamentablemente cierta.
Muchas gracias por su comentario.
Buen artículo, y excelente reflexión, es cierto que muchas personas , se acostumbraron a la lastima y a ser vulnerables, en gran parte por culpa de la vaca (el gobierno) , que los acostumbro a eso , veo muchos jóvenes que quieren de todo , pero no hacen nada por mejorar de situación(trabajar bien, emprender, aprender etc etc ), y no hablo de emigrar , porque cuando llegan al país de los ” sueños ” , se dan cuenta de la realidad , que han de trabajar como esclavos para sobrevivir , eso sin contar todo lo que han de soportar por el echo de ser emigrantes . En Cuba la culpa es de todos y el problema está en todos los niveles , desde hasta , desde las trabas mentales, sociales , económicas y políticas, que lo corrompen todo, y de los entes de poder corruptos que se benefician de todo eso y les conviene el bloqueo interno y externo para llenarse los bolsillos, sin importarles nada más, que el sentirse poderosos , son verdades que que se gritan en silencio, pero es sobre todas las cosas lo que nos tiene bien jodidos como país , como sociedad”, no vale tanto solo hablar de esperanza y un futuro mejor , si no nos sentamos a resolver los problemas que en el presente nos carcomen , problemas que se siguen arrastrando como una cadena perpetua, que nos impiden tener un futuro mejor como país . Nos es el capitalismo , No es el socialismo o comunismo, es nuestra incapacidad de funcionar como un todo, por un bien común ” nuestro país ” y mientras sigamos con la cultura del sálvese quien pueda , seguiremos dando tumbos, maquillándolo todo y fantaseando con un cambio real y positivo .