Es usual en Cuba el contagio con nuevos códigos de comunicación aunque en ocasiones de logre lo contrario y se desconozca el significado, propósito, alcance e impacto.
Un ejemplo de ello, es la transformación digital. Hay muchas personas que usan y abusan de este concepto y lo pegan como etiqueta con cola loca a cualquier cosa que realicen para no quedarse atrás, estar a la moda o realmente hacer proceso que genere un cambio en las actividades que se realizan en una organización.
Desde hace ya un tiempo se desarrolló e implementó la opción de compra de pasajes de trenes y ómnibus a través de la aplicación Viajando, lo cual ha traído un avance significativo en la gestión y avance del comercio electrónico en este giro. Igualmente, se han hecho mejoras pues se puede efectuar el reintegro de los pasajes sin necesidad de acudir a la oficina de venta, es decir, que el usuario o cliente puede realizar todo el proceso de compra y reintegro de pasajes con la aplicación Viajando y la pasarela de pagos Transfermovil. Felicidades para todas las personas que han trabajado en ambas aplicaciones móviles que generan impactos positivos en la sociedad.
Pero todo no es color de rosa, pues al llegar a la terminal provincial de Ómnibus Nacionales de Camagüey se acaba la transformación digital y comienza la tortura analógica como un vivo recuerdo del animado Zootopia.
El chequeo del pasaje se realiza con una hora antes y mientras tanto los futuros viajeros tienen que esperar de pie afuera de la estación de bus (la trabajadora de la terminal me dijo que nadie impedía que pasara a la sala de espera, aunque al llegar ella no estaba en su puesto por un tiempo de oro y la custodio que es trabajadora de una empresa de seguridad y protección informó que había que esperar).
Explicó la trabajadora que hace el chequeo de los boletines que tiene que esperar a una hora exacta antes de salir el ómnibus para imprimir el listado de pasajeros desde el sistema. Luego de chequear con mi carné de identidad, me entregó un pedacito de papel escrito en tinta azul con el número de boletín, destino, hora y asiento. Otro boletín? Y me boletín digital para qué sirve?
Sin el papelito manuscrito era imposible despachar el equipaje, por lo que tuvimos que salir de la terminal para ir a la ventana de entrega de equipaje con el carné de identidad y el papelito manuscrito. Para luego, retornar al salón de espera y al montar la guagua…el chofer esperando de manera agradable a todos los pasajeros con el papelito manuscrito.