Autor: Juan Guillermo Mendoza Medina
Dicen, y es cierto, que precaver es mejor que lamentar, y en materia de equipos y medios, muchas veces casi nada o poco hay que hacer cuando dejan de funcionar, sin que en el transcurso de su vida útil hayan recibido, siquiera, un mínimo mantenimiento.
Esnell Enrique Salazar Hurtado se las ingenia para que directivos de empresas no tengan que lamentarse, y menos aún, la economía cubana. Desde febrero de 2019 lidera el exitoso Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Esnell Enrolla, en Camagüey, dedicado a las reparaciones industriales, aunque desde el 2004 fungía como trabajador por cuenta propia en labores de mantenimiento en diversas entidades.
“No hay conciencia en los empresarios de la importancia del mantenimiento preventivo, menos costoso y que evita la rotura; y nos llaman cuando ya el equipo no sirve”, asegura este Técnico en Electricidad y especialista en motores eléctricos.
En los duros meses de azote de la COVID-19, cuando más vitalidad de las instituciones de la Salud se requería, Esnell y su grupo recuperaron los medios de las lavanderías de varios hospitales, las electrobombas, los hidropresores, las consolas de los salones quirúrgicos, entre otros, indistintamente, del Provincial Manuel Ascunce, el Amalia Simoni, el Oncológico María Curie y el Pediátrico Eduardo Agramonte Piña.
“La remuneración económica es importante, pero también la satisfacción espiritual. Cuando se rompe una lavadora o secadora influye en la asistencia médica. La lavandería en el “Amalia” estuvo paralizada durante cuatro meses, y había que enviar el avituallamiento hasta el “Provincial”, para evitar la paralización de los servicios”. En pocas semanas los del PDL Esnell Enrolla lograron que la rutina de higienización de las ropas retornara a la normalidad.
Si bien los trabajos de mayor envergadura en los últimos tiempos han sido en ese sector, el Proyecto nace enfocado en las reparaciones de las grandes industrias, con prioridad para las de la rama alimentaria “para contribuir a su modernización”.
“Con material reciclable e innovando con los pocos recursos que tenemos a la mano, echamos a andar lo que parecía perdido, de baja y en desuso: motores eléctricos, bombas de agua, instalaciones físicas como máquinas de procesamiento,… de lo contrario, habría que adquirir piezas de repuesto en divisas. Pero nosotros lo recuperamos, y en moneda nacional”.
Otras labores recientes se aprecian en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, donde rescataron medios de climatización con sistemas UMA (Unidad Manejadoras de Aire); mientras que gracias a la innovación revitalizaron el proceso productivo en una unidad de la Empresa Avícola de Camagüey, cuyo engranaje para el sacrificio de las aves estaba detenido, tras largos años de explotación.
Pero en su empeño Esnell no está solo. Desde sus inicios, el Proyecto de Desarrollo Local Comunidad Colaborativa y Asesores (CoCo)- antiguamente Gestar- ha contribuido a su progreso. “Gracias a ellos comencé con el Proyecto, me llevan la contabilidad y me ahorro pagos a otro personal, pues todos estamos vinculados directo a la producción”.
“Buscamos la mejora continua de lo que hacemos, y la satisfacción espiritual, que los trabajadores se sientan motivados, jóvenes que en su mayoría no tuvieron formación en lo que se desempeñan, pero que demuestran su talento y capacidad naturales”, las mismas que pondrán en práctica, por ejemplo, en la recuperación de máquinas de la Fábrica de camisas, la encomienda más cercana.
“¿Mi sueño? Lograr la reparación de los sistemas industriales, que es lo que me gusta, y ver muchos equipos nuevamente funcionando”, confiesa, aunque lo ideal, claro está, es precaver y evitar que lleguen a ese estado de deterioro. Pero para el Proyecto de Desarrollo Local Esnell Enrolla no hay equipo que se le resista.