Por Ingrid Ocampo, 04 de agosto de 2021.
“Propósito”, definámoslo en jerga emprendedora: ese algo que nos mueve a continuar operando. Un propósito bien pensado puede ser el punto de partida para el crecimiento o simplemente el bastón que nos sostiene en los momentos malos, esos donde querés salir corriendo a tu antiguo empleo. Puedo decir por experiencia que operar desde el propósito me ha ayudado como empresaria y emprendedora en esos dos extremos: crecer y soportar mientras sale el sol de nuevo.
El propósito no llega de la noche a la mañana, se requiere de mucho trabajo. Personalmente por un tiempo trabajé sin propósito, tengo que aceptarlo. Sin embargo, el día en que pude verbalizarlo todo empezó a fluir mejor. Hoy me pregunto ¿cómo pueden las empresas subsistir sin él? ¿Cómo encuentran motivación los empresarios para seguir lidiando con tantos temas que tocan desde su propia condición?
En mi rol de comunicadora, muchas veces los clientes se espantan cuando les pregunto ¿cuál es el propósito de tu empresa? Afortunadamente, he encontrado propósitos llenos de alma y conciencia. Pero en otros casos, los propósitos se reducen a temas mucho más pasajeros como los números. Los números son volátiles, y si hay buenos números, excelente. Es signo de salud para la empresa y músculo para hacer mucho por el mundo, pero sin duda alguna no lo es todo.
Cuando me encuentro con estos casos siempre hay una pregunta que ayuda, y hoy te la hago a vos para que validés qué tal anda tu camino a definir tu propósito:
Si hoy te ganaras el acumulado de la lotería por muchísimos millones de dólares, o euros (elige tu moneda favorita), mañana ¿porqué te levantarías a trabajar?
Rudo pero cierto, ¿dejás de trabajar? No hay propósito… ¿Hay algo que te mueve a continuar con tu negocio actual? Genial, vas por buen camino. Si tu empresa ha hecho este proceso de descubrimiento, simplemente se notará. Te mueven más que los números y existe una pasión que impulsa cada una de sus acciones.
Todo esto suena muy romántico, pero no lo es del todo. Se dice que, en medio de la aceleración del mercado y la gran oferta de muchos productos y servicios, solo sobrevivirán las empresas con propósito. Esto ya no es nada romántico, se trata de permanecer y/o crecer como negocio.
El propósito se necesita para todo. Es importante para hacer un simple post en redes sociales, para tomar decisiones administrativas y hasta para futurizar. ¿Futurizar? Sí, buscar esos futuros preferidos que todos tenemos a veces a simple vista y otros de manera más oculta y poco explorada. Incluso los desarrolladores de teorías de innovación y de future thinking, toman como base esas razones profundas desde las que operan los líderes encargados de guiar a los equipos hacia esos futuros. Si te llamó la atención este tema de future thinking te recomiendo mucho leer sobre la Teoría U de Otto Scharmer.
Este camino requiere de mucha pasión, pero también de observación y trabajo continuo, de estar presentes y conscientes desde donde operamos. Una vez visualizada la primera versión de tu propósito, todo empieza a moverse desde allí, todo toma un sentido, incluso si “perdés” o “fallás” a la vista de otros, esto también tendrá una razón de ser de acuerdo a tu propósito.
Es hermoso que podemos hacer algo bueno por el mundo no solo como personas, sino como empresas. Entonces, ¡a trabajar por verbalizar y profundizar por operar desde un propósito real.
Muy bonita la descripción del propósito. Lo difícil es escontrarlo.
Muchas suerte a los buenos emprendedores.