El mismo perro con diferente collar.
Autor: MsC. Miguel Hernández Fernández.
Así describimos los cubanos cuando una persona sugiere un cambio pero que no transforma ni genera impactos, pues la esencia del problema se mantiene tal cual, solo con un nuevo disfraz.
Me vino a la mente esta frase al analizar una de las medidas anunciadas por el gobierno cubano luego de las manifestaciones del 11 de julio. Esta medida se refiere a la eliminación de la escala salarial y el Fondo de Salario será aprobado para remunerar a los trabajadores, con vista a que las empresas estatales socialistas estén en iguales condiciones que los emprendimientos del sector privado, según comentó Alejandro Gil, Ministro de Economía y Planificación, en el espacio Mesa Redonda.
De esta medida se desprende varios apuntes:
Primero: las medidas que se adopten no se pueden hacer con una estrategia de océano rojo, donde se trata de emular con la competencia (en el buen sentido de la palabra y muy lejos de serla pero lo percibo así). En vez de diseñar políticas económicas desde una estrategia de océano azul, pensando en aliviar los dolores y molestias de los trabajadores (quienes producen valor) y empoderarlos para que decidan cómo distribuir sus remuneraciones.
Segundo: que las empresas estatales socialistas tengan un Fondo de Salario aprobado no cambia en nada que el trabajador se vea beneficiado por su aporte de acuerdo a la cantidad, calidad, complejidad e intensidad del trabajo.
La situación se complica para los trabajadores de las empresas estatales socialistas cuando se realiza la planificación del año y se define, por el ejemplo, un plan de ingresos de un millón. A partir de este, ya estaría determinado el Fondo de Salario que se someterá a su aprobación.
Si la empresa A tiene este plan de un millón y al cierre del octavo mes del año crece sus ingresos por encima del plan, la remuneración de los trabajadores se verá afectada pues los directores de las empresas estatales socialistas no podrán pagar más allá de lo aprobado. Por lo que, la tendencia del salario de los trabajadores será a la disminución en comparación con el crecimiento de la productividad.
Vuelve la poca motivación y los trabajadores se preguntan: voy a cobrar más o menos con esta medida?
Sin entrar en las disímiles de variantes que surgirán fruto de la creatividad de los directivos para distribuir lo que se apruebe, alejándose del sentido común de utilizar las herramientas de las ciencias económicas para que no se caiga en malas prácticas y distribución de salarios poco transparentes.
No sé por qué se complican tanto y desean descubrir el mar Caribe.
Pudieran utilizar el costo de salario por peso de ingreso (teniendo las fichas de costos actualizadas y atemperadas al escenario y entorno) por el ingreso mensual real como elemento para determinar el Fondo de Salario a distribuir en los trabajadores.
Aunque la distribución entre cada trabajador (para que conozcan que parte del pastel le toca) de este Fondo de Salario tendrá que diseñarse teniendo en cuenta las características de cada empresa. No debe dedicarse un ministerio a elaborar una norma jurídica sobre sistemas de pago que se cambia cada año y en ocasiones con varias actualizaciones dentro del mismo período.
Esto ocurre porque están muy lejos de la realidad que es la base y provoca esta carrera de ratas, donde no se percibe cuándo realmente avanzaremos sin cambiar solo el collar.